miércoles, 30 de septiembre de 2009

LA REGLA DEL JUEGO (CINECLUB.53) + JUEGOS DIVERTIDOS (CINECLUB.54)

La película de Jean Renoir La règle du jeu (La regla del juego) y la obra de Michael Haneke Funny games (Juegos divertidos) tienen ciertos puntos en común, ya anunciados en los títulos, pero las separa una enorme distancia: la que va del cine de la primera al anticine de la segunda, por más que ésta aspire a la condición de metacine.
La obra de Haneke se pretende metacine porque cree proponer una reflexión sobre el cine, porque cree ser un experimento que revela su funcionamiento a base de extrañamientos, que insiste en hacer al espectador consciente de la ficción para desmontar un género. Si en los thrillers tradicionales el cuchillo olvidado en el barco hubiese servido para una salvación in extremis, aquí no sirve. Si en los thrillers tradicionales un teléfono estropeado que finalmente funciona es síntoma de salvación, aquí no se saben el número de la policía. Si una escopeta encontrada por "los buenos" indica el principio del fin de sus sufrimientos, aquí no tiene cartuchos. Y si los tiene, entonces no vale y volvemos a empezar: todo es una broma, un mundo al revés.
La inversión de los términos que caracteriza el guión alcanza también al lenguaje cinematográfico: las cosas ocurren fuera de plano, los ritmos son desesperantes, los actores hablan a cámara para interpelar al espectador. Todo ello está al servicio de un esfuerzo continuo por provocar la conciencia del espectador de la experimentalidad de la obra y una reflexión sobre los mecanismos de la ficción cinematográfica. Y todo ello porque el autor/mesías cree que todavía no nos habíamos dado cuenta de que el caballo del que huye siempre es más lento; para demostrarnos a los ingenuos que los buenos ganan sólo porque es una película.
Pero es anticine principalmente porque no cuenta nada. No consigue que me identifique con quien sufre (la familia que juega a adivinar música clásica mientras acarrean su velero) ni con quien hace sufrir (una pareja de auténticos imbéciles), y tampoco me hace sufrir a mí porque ni tan siquiera es aburrida. Es un cuentecillo que por su inverosimilitud no ofrece realidad. Para mantener la atención narrativa depende exclusivamente de la violencia más fácil: matar a un niño delante de sus padres.
La película de Renoir es cine porque produce realidad, personajes que son antihéroes cotidianos. Y tampoco necesita que sobreviva "el bueno".

DEVENIR-CAFÉ


"La cosa es independiente del creador, por la auto-posición de lo creado que se conserva en sí. Lo que se conserva, la cosa o la obra de arte, es un bloque de sensaciones, es decir un compuesto de perceptos y de afectos.[...] La obra de arte es un ser de sensación, y nada más.[...] El artista crea bloques de perceptos y de afectos, pero la única ley de la creación consiste en que el compuesto se sostenga por sí mismo. Que el artista consiga que se sostenga en pie por sí mismo es lo más difícil. Se requiere a veces una gran dosis de inverosimilitud geométrica, de imperfección física, de anomalía orgánica, desde la perspectiva de un modelo supuesto, desde la perspectiva de las percepciones y de las afecciones experimentadas, pero estos errores sublimes acceden a la necesidad del arte si son los medios internos de sostenerse en pie.[...]
Se pinta, se esculpe, se compone, se escribe con sensaciones. Se pintan, se esculpen, se componen, se escriben sensaciones. Las sensaciones como perceptos no son percepciones que remitirían a un objeto (referencia): si a algo se parecen, es por un parecido producido por sus propios medios, y la sonrisa en el lienzo está hecha únicamente con colores, trazos, sombra y luz. Pues si la similitud puede convertirse en una obsesión para la obra de arte, es porque la sensación sólo se refiere a su material: es el percepto o el afecto del propio material..." Extraído de ¿Qué es filosofía?, de Gilles Deleuze y Félix Guattari.
La idea del proyecto es tan simple como un café. Sus colores y sus texturas... el vidrio coloreado en marrón remite a la dureza del vaso... el tapizado en piel beige a la suavidad de su espuma... El espacio deviene café.

lunes, 21 de septiembre de 2009

UN NUEVO COMIENZO



El 16 de septiembre de 2009, cinco años después del peor día de mi vida, ha comenzado por fin una obra que pretende llenar grandes vacíos. Sólo he podido fotografiar el que queda a la vista. Los invisibles son infinitamente mayores.

viernes, 18 de septiembre de 2009

FELIZ CUMPLEAÑOS

Mi sobrina cumple un año. Mi familia ha recuperado las tres generaciones, pero yo ya no estoy en la última; y es que Verónica junior nos ha descolocado a todos. A no saber ya si soy de los nuestros se suma un nuevo desconcierto (y, a qué negarlo, mucho vértigo).
Vida es una categoría misteriosa que está llamada a dominarlo todo: Dios, Razón, Verdad... todas ellas se pliegan a la Vida, que es condición y comienzo de todo, y por ello mismo se escapa al pensamiento como agua entre los dedos.
Y sin embargo esta misma Vida se filtra en nuestras vidas casi sin darnos cuenta. Ahí está, una nueva persona, con un rostro que nos recuerda al nuestro (por más que tratemos de reinventarlo cada día) y que nos mira con la curiosidad que una vez tuvimos. Todo vuelve a empezar.

Gracias mamá.

martes, 15 de septiembre de 2009

DESEOS


calle cristo 13 - requena

paiporta

sagunto

la coma


sevilla

la torre

ESTADO DE COSAS 2009


requena

rafelbuñol

cheste

turís

burjassot

paterna

domingo, 13 de septiembre de 2009

JUAN NADIE (CINECLUB.52) + LOS ENEMIGOS DEL COMERCIO

La película de Frank Capra titulada Meet John Doe (Juan Nadie), de 1941, puede ser vista hoy como una preparación de su conocido clásico navideño de 1946, It's a wonderful life (¡Qué bello es vivir!): George Bailey encaja perfectamente en el tipo psicosocial de los miembros de los clubs Juan Nadie, y el banquero H. F. Potter es el alter ego del magnate D. B. Norton. Ambas obras trabajan sobre el fascinante y difícil tema de las personas que sobran, aunque para evitar su dureza el cine habitualmente plantea el asunto desde la perspectiva del sentimiento y no de la realidad. Así, para Capra, frente a un mundo inmenso dominado por los intereses de los poderosos, las personas que "sienten" que sobran aparecen finalmente como imprescindibles en un plano de trascendencia moral. Por el contrario, el libro de Antonio Escohotado titulado Los enemigos del comercio (Historia de las ideas sobre la propiedad privada, I.Antes de Marx), editado por Espasa, analiza las ideas asociadas al excedente de personas que generan los procesos económicos desde el punto de vista contrario, anteponiendo el realismo al sentimiento. En el momento económico actual, dominado por un colapso del mercado laboral, resulta muy interesante contraponer ambos planteamientos.
La solución sentimental suele derivar en religiones de salvación, donde una supuesta superioridad moral del oprimido será recompensada en una también supuesta vida futura, operando una inversión ética que deriva en la extraña ecuación según la cual el mérito es no tener mérito. Las consecuencias económicas de este planteamiento, y del feed-back que genera, son evidentes: si tomamos como ejemplo modélico de esta tendencia el pobrismo, en el que podemos incluir la secta ebionita de la que formaba parte Jesús, que fue la respuesta triunfante a la crisis de productividad de la economía esclavista del Imperio Romano, tendremos como ejemplo de sus consecuencias la Edad Media (quien piense que fue una buena época que se lo haga mirar), con su falta de libertad y su miseria material.
En las películas de Capra, la solución propuesta se corresponde con el mensaje cristiano, y si bien en Meet John Doe se esconde a ratos tras discursos laicos, el plano final de las campanas anunciando la Navidad resulta revelador. Este tipo de discursos pseudoreligiosos ha lastrado el análisis realista de los problemas socioeconómicos con el estigma de carecer de valores o sentimientos (como si un análisis serio pudiera tenerlos). Si triunfan, la productividad volverá a ser considerada una amenaza, con todas sus consecuencias.

viernes, 4 de septiembre de 2009

EL ACORAZADO POTEMKIN (CINECLUB.51) + PAUL VIRILIO

Comenzamos el curso cinéfilo 2009-2010 (cómo pasa el tiempo) con Bronenosets Potyomkin (El acorazado Potemkin), una obra de arte al servicio de la revolución rusa, realizada por Sergei M. Einsestein en 1925, que abre muchos frentes, quizá precisamente porque escapa de lo que hoy esperamos del cine. Por ello, quiero aprovechar la ocasión que nos ofrece esta exterioridad para acabar lanzando una mirada sobre la actividad del propio cineclub, todo ello a propósito de una serie de entrevistas a Paul Virilio -director de la escuela especial de arquitectura de París- publicada con el título El cibermundo, la política de lo peor (Ediciones Cátedra, colección Teorema).

1. Para quienes hemos superado la candidez de pensar que el arte es inocente y vive exento de intereses, lo primero que surge es el tema del ámbito de fundamentación de la obra artística, que en este caso es evidentemente político. Sobre el debate entre la politización del arte y la estetización de la política ya se ha hablado en el post titulado WALTER BENJAMIN: LA OBRA DE ARTE EN LA ÉPOCA DE SU REPRODUCTIBILIDAD TÉCNICA, por lo que no me extenderé. Sólo destacar que, sin duda, El acorazado Potemkin es el tipo de arte en el que Benjamin estaba pensando: un instrumento político al servicio de la revolución proletaria. Todas las proezas técnicas de la película están orientadas a la destrucción del aura (característica del arte burgués) y a la conexión con las masas.
2. Los dos mitos de las vanguardias artísticas en su etapa heroica -la máquina y la ciudad- coinciden con los dos protagonistas de la película -el acorazado y Odessa-, hasta el punto que se puede leer El acorazado Potemkin como una obra radicalmente vanguardista por su temática, que narra la realización de la esperanza moderna: la técnica liberando a las masas. Los planos de los pistones sincronizados emparentan con los de los marineros unidos en su lucha y con los de las masas desfilando respetuosas, dejando ver la concepción totalitaria de la sociedad como una gran maquinaria que se mueve al unísono.
3. Hoy (menos de un siglo después) la técnica ha derivado en cibernética. La etimología de la palabra (sobre su importancia, véase el comienzo del post LOST IN TRANSLATION) se ha diluido en la fascinación que produce, por lo que queda oculto su aspecto de control: su origen es el griego kubernana, que significa dirigir, gobernar (según el diccionario RAE, kubernetiké es el "arte de gobernar una nave"). La cibernética trata sobre los procesos de mando y comunicación entre los hombres y las máquinas. Esta comunicación, que en el acorazado se producía como un acople casi mecánico entre la máquina y su tripulación, se ha complejizado desde la llegada de la informática, o lo que es lo mismo, del tratamiento automático de la información, hasta el punto de que el espacio de la decisión ha cambiado radicalmente.
4. El diccionario recoge dos acepciones para informe, y son completamente opuestas (¿cuál remite en lo superficial y cuál en lo profundo a las técnicas contemporáneas de la información?). Creo que aquí puede estar la clave de la oposición entre lo real y lo virtual, necesaria para entender la ciudad y el peligro de la informática.
5. Unas palabras -poniendo de relieve algo que, aunque de sobra conocido, hay que volver a decir- de Paul Virilio en la entrevista titulada Algunas buenas razones para unirse a la resistencia (op.cit, p.79-80): "No se puede comprender el desarrollo de la informática sin su dimensión cibernética. No se habla de ciberespacio por casualidad. Las autopistas de la información están unidas a un fenómeno de feed-back, de retroacción. Estamos ante un fenómeno de interactividad que puede tender a privar al hombre de su libre albedrío para encadenarlo a un sistema de preguntas-respuestas que no tiene parangón. Cuando algunos ensalzan el cerebro mundial declarando que el hombre ya no es un hombre sino una neurona en el interior de un cerebro mundial y que la interactividad favorece este fenómeno, no estamos ya ante la sociedad de control [referencia a Gilles Deleuze], sino ante la sociedad cibernética. Aunque el modelo sea el de las abejas o el de cualquier otro sistema autorregulado, se trata de lo contrario de la libertad y la democracia. Las autopistas de la información van a desplegar, pues, un sistema interactivo tan temible para la sociedad como lo es una bomba para la materia. Según Einstein, la interactividad es a la bomba informática lo que la radiactividad es a la bomba atómica. Es un fenómeno constitutivo y disociativo. Naturalmente, existe la posibilidad de intercambios renovados y cuantiosos, pero al mismo tiempo, existe la amenaza de un dominio sobre las sociedades que es absolutamente insostenible".
6. La resistencia es recuperar la lengua, usar la palabra, charlar juntos. Este es el valor decisivo de nuestro cineclub: superar las preguntas binarias o decimales (sí/no, :)/:(, me gusta/no me gusta, 1-10), que necesita el control cibernético. Por eso es importante que hablemos entre nosotros (distinto del confesar que hemos tratado en otras ocasiones), que pensemos en términos no computables y en foros no controlados, pues equivale hoy al negarse a comer los gusanos de los marineros del Potemkin. Es necesario.